sábado, 27 de junio de 2009

Pánico Social vs. Prevención Efectiva


En acuerdo con lo que menciona el sociologo Javier Torres Vindas, "el origen, ruta y posible control de esta pandemia de contagio de influenza tipo A H1N1 por ahora no tiene límites claros. Pero más preocupante es que, además de ser una patología individual, genere a la vez pánico social (y en esto es donde radica su mayor fuerza ansiógena)".

El pánico social se puede definir como una reacción colectiva (mundial, regional, nacional, local) basada en la percepción "exagerada" en este caso hacia la influenza porcina.

Se pueden identificar tres fases: Primero, ocurre un evento trágico o preocupante (influenza porcina), luego, los medios de comunicación le brindan una importante cobertura. Este evento se describe como violento e inquietante. A ello, se suman nuevas tecnologías como Internet y telefonías móviles, en especial mensajes de texto, que difunden percepciones, preocupaciones e informaciones de todo tipo (reales, falsas, exageradas). La cotidianidad se ve sobreexpuesta al evento. Tras el suceso, las autoridades toman (o deberían tomar adecuadamente) medidas protocolarias para enfrentar la crisis, además los medios buscan “expertos” cuyas palabras influencian en la opinión pública, en algunos casos se menciona que el hecho sólo es la punta del iceberg. La atención del público se centra en este asunto. Otros asuntos son mermados u obviados - el trasfondo del problema no se toca -.
Es decir, se alimenta el pánico del creciente interés de la población por estar informado. Por lo que, circulan datos verídicos, falsos y exagerados que se entremezclan y sobreponen. Para completar el cuadro, diversos medios de comunicación, remembrarán sucesos parecidos, transmitirán en sus documentales y programarán películas ejemplificantes, etc...

Finalmente, ante éste pánico por la influenza se buscan formas de enfrentarse a esta “amenaza”, con medidas extremas temporales de carácter radical, las cuales independiente de su carácter y efectividad ante la crisis son tamizadas por la opinión pública. (...)

Es inminente tratar de controlar nuestra ansiedad ante la pandemia, e intentar, colectivamente buscar las soluciones - exigiendo a las autoridades responsables de generar los recursos adecuados para la prevención y la acción pertinente, inviertiendo correctamente los fondos destinados para ello - y leer entre líneas qué tipo de asuntos se están gestando dentro de esta crisis...Lo importante es estar informados, pero sin caer en cuadros de pánico que nos impidan controlar nuestras acciones y decisiones.

Y agregaría...repensar... cuál es nuestro papel como agentes sanitarios en relación a la educación para la salud y la prevención activa, constante; Osea, haciéndonos valer y teniendo en cuenta que en particular la carencia de enfermeros, nuestras pésimas condiciones socio-laborales y la misma estructura sanitaria ha caducado desde hace ya varias decádas, y no veo un horizonte claro, ni proyectos sólidos, ni planes político-sanitarios serios que tengan en cuenta éstas variables...

Pienso en éstos minutos que mientras escribo estas líneas, cientos de personas mueren por factores de riesgo cardiovasculares no controlados, lesiones traumáticas que son prevenibles, mal de chagas, infecciones intrahospitalarias - por carencias de recursos materiales, carencia de personal entrenado, bien pago y descansado- , Dengue, Malaria, Desnutrición infantil y la lista continúa, y también pienso que "los días que vendrán", contradiciendo la frase de las sagradas escrituras, no creo que sean mejores...


viernes, 19 de junio de 2009

La Capnografía en los servicios de Emergencias

La capnografía es un método de monitorización no invasivo, complementaria a la oximetría de pulso. Midiendo el CO2 exhalado por el paciente.
La capnografía cuenta con un antecedente de utilidad en el quirófano de nada menos que 30 años. El avance de la tecnología a permitido implementar este tipo de dispositivos en la sala de Emergencias y en los móviles extrahospitalarios mediante el diseño de dispositivos portátiles como para su traslado, pero sin perder por ello precisión en los resultados.
Su utilidad radica en la posibilidad de efectuar mediciones tanto en pacientes entubados como en aquellos que no cuentan con este tipo de manejo en la vía aérea, manteniendo su ventilación espontánea.

Existen dos tipos de capnógrafos según la forma de medir el CO2:
- De flujo principal.
- De corriente lateral.

Los capnógrafos de flujo principal realizan sus mediciones mediante sensores ubicados directamente en la vía aéra, en el tubo endotraqueal (TET).
Los capnógrafos de corriente lateral cuentan con sensores ubicados en el monitor, y realizan sus mediciones mediante pequeños volúmenes de aire aspirado de la vía aéra de forma continuada, lo que los hace útiles para ser imlementados en pacientes entubados o no. Y arrojan lecturas fiables en todo tipo de pacientes, adultos como en neonatos.

En pacientes entubados:
Se emplea fundamentalmente como método de confirmación tras la entubación, para descartar la entubación esofágica. Así como también para monitoreo y vigilancia de la extubación no intencional del traslado.
Por otro lado, puede emplearse para valorar la perfusión de manera continua durante la Reanimación, ya que tanto el metabolismo como la ventilación permanecen constantes. Está descrito que durante la RCP el CO2 detectado se mantiene bajo, siendo un alerta precoz de recuperación de la circulación espontánea el aumento sostenido de estos valores. Dado que el masaje óptimo no alcanza más del 30% del gasto cardiaco (Falk J. et al). Pudiendo por ello ser utilizada como valor pronóstico en la RCP prolongada.
Por último, puede ser de gran utilidad para el monitoreo de pacientes que se encuentren en ventilación mecánica. Particularmente en aquellos que se necesita un monitoreo minucioso como son los pacientes con sospecha de Hipertensión endocraneana.

En pacientes no entubados:
En pacientes que conservan la ventilación espontánea, la utilidad más relevante radica en la monitorización diagnóstica en caso de broncoespasmo, en la Crisis asmática o el EPOC reagudizado.
También es útil para la valoración en estados de hipoventilación secundarios a sedoanalgesia, drogas, alcohol, etc. Como monitor metabólico se puede utilizar para valorar la respuesta a la hipotermia, deshidrataciones y cetoacidocis diabética.

Concluyendo, es útil destacar que la capnografía debe ser empleada conjuntamente con la oximetría de pulso para lograr una valoración más completa de la ventilación. Y que para interpretar correctamente la monitorización la capnografía debe tenerse en cuenta que la eliminación pulmonar de CO2 (ventilación) está influenciada tado el tiempo por la producción celular de CO2 (metabolismo) y su transporte por el torrente sanguíneo hasta el pulmón (perfusión). Por ende hay que valorar estos tres procesos en cada paciente en particular. Siendo elemental su utilización para valorar estos procesos cuando dos de ellos permanecen estables.

Revisión e interpretación del artículo original "La capnografía en los servicios de emergencias médicas" en SEMERGEN 2009; 35 (3) 138 - 143.

sábado, 6 de junio de 2009

Intervenciones de Enfermería en la sedación consciente y profunda

Elementos claves de la sedación consciente:
1) Sedación sin riesgo, que requiere la comunicación con el paciente, la monitorización y la disponibilidad de un equipo de reanimación para situaciones de urgencia;
2) Alivio de la ansiedad, amnesia y reducción de los estímulos desagradables (ruidos, frío) en el ambiente que rodea al paciente, y
3) Alivio del dolor, mediante la administración de anestésicos locales y narcóticos.

Cualquier técnica de sedación consciente debe esforzarse por identificar las causas especificas de dolor, ansiedad y agitación para prescribir una terapéutica específica: el dolor puede manejarse mediante analgesia regional o local, analgésicos sistémicos o supresión del estímulo doloroso; la ansiedad se reduce por lo regular utilizando un ansiolítico como una benzodiacepina, y tranquilizando al enfermo; la agitación puede ser secundaria a dolor o ansiedad. Sin embargo, situaciones como una vejiga distendida, hipotermia, hipertermia, prurito, náuseas, incomodidad postural, el uso de la mascarilla de oxígeno y cánulas nasales incómodas, infiltración en el sitio de la venoclisis, un miembro del equipo quirúrgico recargado en el paciente e insuflación prolongada de los manguitos y torniquetes neumáticos. También, es importante disminuir al máximo o eliminar los factores que pongan en peligro la vida, como hipoxia, hipercapnia y toxicidad inminente de los fármacos.

Requerimientos de soporte en la sedación profunda:

 Monitoreo hemodinámico( ECG, PNI)
 Monitoreo de SPO2 (por oximetría de pulso) y fuente de O2 + BVM.
 Mantener vía aérea permeable mediante maniobras, y/o disponer de todos los elementos necesarios para instrumentarla
 Contar con elementos necesarios ante descompensación hemodinámica
(materiales descartables, líquidos de p/ infusión IV, drogas como vasopresores, inotrópicos y antagonistas como flumazenil)
 Siempre estar alerta a la clínica del paciente y su correlación con los registros del equipo de monitoreo si es necesario realizar observación y monitoreo manual – por lo que es necesaria la supervisión rutinaria del funcionamiento de los equipos –
 En pacientes sin SNG evaluar el tiempo de última ingesta y tener muy presente la necesidad de aspiración.

En el caso de pacientes conectados a asistencia ventilatoria mecánica (AVM) suelen experimentar ansiedad, miedo y dolor. Estos síntomas pueden influir en la capacidad de tolerar la ventilación mecánica debido al desarrollo de patrones respiratorios asincrónicos con el respirador, aumento del consumo de O2 y de la producción de CO2, inestabilidad hemodinámica, hipoxemia, alteraciones en la ventilación pulmonar, etc. Se debe valorar la efectividad del nivel de sedación (o sedoanalgesia) del paciente mediante escala de evaluación de Ramsay, y tener presentes en el caso de desadaptación el estado hemodinámico, patologías de base y antecedentes (como alcoholismo), la presencia de dolor, fiebre y factores de incomodidad o ansiedad; fundamental en pacientes en pre-weaning, se define como nivel adecuado de sedación al de 3 ó 4 de la escala de Ramsay.


Fuente: Rodriguez, Cristina. "Revisión Bibliográfica sobre Sedación". Residencia de Enfermería en Emergencias y Cuidados Críticos del Hospital Juan A. Fernández. Buenos Aires,2009

Recomendaciones CDC - Influenza A H1N1

Cúbrase la nariz con un pañuelo desechable cuando tosa o estornude. Para obtener más información consulte www.cdc.gov/h1n1flu/espanol/

Slides sobre Trauma